La literatura catalana, como la castellana, ha tenido épocas de gran esplendor y épocas de crisis, habitualmente relacionadas con la situación política y económica del momento. 

 

Vamos a destacar en este pequeño resumen sólo los autores más importantes de cada periodo, dejando para los tratados de literatura el estudio en profundidad del resto de grandes escritores y escritoras catalanes.

Los primeros textos en catalán datan del siglo XII, la traducción del Forum Iudicum  a principios de siglo y las Homilies d’Organyà a finales.

En los siglos XII y XIII la poesía de los trovadores catalanes se canta en lengua provenzal, igual que los trovadores castellanos cantaban en gallego. Entre los más conocidos destacan Berenguer de Palol, Guerau de Cabrera, Guillem de Berguedà, Ramon Vidal de Besalú y Guillem de Cervera que usaba el pseudónimo de Cerverí de Girona.

En 1290, Jofre de Foixà escribe una gramática titulada Regles de Trobar en la que, por primera vez, se distingue entre la lengua provenzal i la lengua catalana.


Ramon Llull (1232 – 1316) escribió en 4 lenguas (latín, catalán, árabe y provenzal) una vasta obra de 243 títulos que tratan de diversas ramas del saber: Filosofía, Teología, Medicina, Física, Astronomía, Astrología, etc. Tres de sus obras más trascendentes y conocidas son el Llibre de l’Orde de Caballeria, que ejerció gran influencia en Joanot Martorell para escribir su Tirant Lo Blanc, libro que a su vez influyó grandemente en Cervantes para su Don Quijote,   Lo Romanç d’Evast e Blanquerna y el Llibre d’Amic e Amat.


Crónicas. Entre el siglo XIII y el XIV  se escribieron las 4 grandes crónicas medievales catalanas. 

El Llibre dels Feits de Jaume I el Conqueridor es una autobiografía que deja constancia de los hechos protagonizados por uno de los más grandes reyes de la historia universal. 

La Crònica de Bernat Desclot recoge la historia de Catalunya de los reinados de Alfons I, el Cast, Pere I, el Catòlic, Jaume I el Conqueridor y Pere II, el Gran.

La Crònica de Ramon Muntaner es la más larga de todas. Empieza con el nacimiento de Jaume I en 1207 y termina con la coronación de Alfons III, el Benigne en 1328; es decir, recoge 6 reinados. Muntaner era lo que hoy llamaríamos un “nacionalista”. Le gustaba decir que escribía en “bell catalanesc” (bello catalán), vivió personalmente 32 batallas y participó en la épica expedición de la Companyia Catalana, compuesta por los Almogàvers y dirigida por Roger de Flor, durante la cual se conquistó Grecia y Constantinopla. El alto valor histórico y literario de su Crònica, sitúa a Muntaner en la cúspide de la historiografía medieval europea.

La última Crònica es la de Pere III, el Cerimoniós. Escrita en primera persona, como la de Jaume I, narra los hechos protagonizados por su padre, Alfons III, el Benigne y por él mismo.


Siglo XIV. En este siglo coinciden algunos de los más grandes autores catalanes como Ramon Llull, que murió en 1316, Bernat Metge, Sant Vicent Ferrer, Francesc Eiximenis o Anselm Turmeda, Jaume March y Pere March, hermano de Jaume y padre de Ausiàs March. 

Uno de los más grandes poetas de esa época es Jordi de Sant Jordi, caballero y compañero de armas de Ausiàs March en la expedición de Alfons el Magnànim a Córcega y Cerdeña.


Ausiàs March. Su obra supone la ruptura definitiva con la poesía trovadoresca. Sus temas son el amor, la relación con Diós, la muerte y la ética. La lengua de Ausiàs March es una lengua culta que supera la de sus predecesores en precisión léxica.


Tirant lo Blanc. A mediados del siglo XV se escribió Curial e Güelfa, una de las grandes novelas de caballerías y de la cual se desconoce el autor. La otra gran novela de caballerías fue el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, la única que Cervantes salva de la quema en su Don Quijote y que tuvo gran influencia en el escritor español. Joanot Martorell era un caballero nacido en Gandía, hijo y nieto de miembros de la corte real catalana. Después de haber vivido en Inglaterra, Portugal e Italia y de haber participado en luchas caballerescas, se retiró y escribió, en los últimos años de su vida, Tirant lo Blanc, hito en la historia de la literatura universal que es citada en Orlando Furioso de Ariosto, Much Ado About Nothing de Shakespeare y el Quijote de Cervantes. A caballo entre la tradición artúrica y la novela moderna, nos describe una sociedad alterada que intenta dejar atrás la época medieval y adoptar el nuevo ideario burgués. 

En Catalunya, Tirant y Carmesina son tan o más famosos que Don Quijote y Dulcinea.

Otros autores destacables del siglo XV son Jaume Roig, Joan Roís de Corella, Bernat Fenollar, Felip de Malla, etc.


Joan Lluís Vives. Gran humanista nacido en Valencia, publicó toda su obra en latín, precisamente por qué uno de los rasgos característicos de los humanistas es el hecho de usar esta lengua. Pero se conservan cartas y escritos personales en catalán. Es uno de los precursores de la pedagogía moderna y defendía que las leyes debían estar escritas en catalán y que ésta debía ser la lengua usada en la enseñanza de los niños, en detrimento del latín.


Renacimiento. Poetas renacentistas catalanes destacables del siglo XVI son Joan Boscà (llamado Juan Boscán por los castellanos), introductor del soneto en la península, Pere Serafí, Joan Ferrandis d’Heredia, Andreu Martí, Joan Pujol o Guerau de Montmajor.

Remarcable es también la obra historiográfica del tortosino Cristòfol Despuig. Por último, destacaremos al dramaturgo Joan Timoneda y a los prosistas Pere Gil y Jeroni Pujades.


Barroco. La literatura catalana del siglo XVII es abundante y de calidad, caracterizada por un registro crítico, moral y reivindicativo. Los autores catalanes, al igual que los castellanos, se dividieron en conceptistas y culteranos. Entre los primeros destaca Josep Romaguera y entre los culteranos, Francesc Fontanella. Mención aparte merece Francesc Vicenç Garcia, conocido como “el Rector de Vallfogona”, que escribió poemas burlescos o satíricos de estilo conceptista y, a su vez, escribió poemas amorosos con lenguaje culterano.


Ilustración i Neoclasicismo. La producción literaria catalana del siglo XVIII viene marcada por la derrota de 1714 frente a los ejércitos franco-castellanos y la posterior invasión y represión durísima ya explicada en el apartado de historia. Así pues, durante la mayor parte del siglo, los autores catalanes se vieron obligados a escribir en castellano o en latín. Es a finales del XVIII cuando se recupera el orgullo nacional y se toma conciencia de la importancia de defender la lengua y cultura propias y se vuelve a escribir y publicar en catalán asumiendo los riesgos que ello implicaba. Destacaremos a los historiadores Antoni de Capmany, Jaume Caresmar y Joan Francesc Masdeu, el bibliógrafo Torres Amat. 

Entre los poetas destacan Joan Ramis, Antoni Febrer, Ignasi Ferreres y Antoni Puigblanch. Este último se sitúa en las puertas del Romanticismo y ejerció una importante influencia sobre Bonaventura Carles Aribau.

Joan Ramis fue, además, un notable dramaturgo con obras como Arminda, Rosaura o Lucrècia.

Entre la prosa narrativa mencionaremos a Lluís de Galiana y, sobretodo, al Baró de Maldà que escribió 60 volúmenes de dietarios muy detallados y de gran calidad literaria. 

Por último, destacar dos obras de prosa erudita de gran trascendencia, Instruccions per a l’ensenyança de minyons, de Baldiri Rexach, que expone unos conceptos pedagógicos muy modernos, que fue traducida al francés y al castellano y que inició la brillante tradición pedagógica en lengua catalana. Gramàtica i Apologia de la Llengua Catalana, de Josep Pau Ballot, obra fundamental y de gran repercusión en los momentos iniciales de la Renaixença.


Renaixença. Con este término se designan dos fenómenos distintos, pero contemporáneos. Por un lado, el movimiento literario iniciado en 1833 con la publicación de la  oda La Pàtria de Bonaventura Carles Aribau durante el cual se restauran la lengua, la literatura y la cultura catalanas. Su culminación fue la restauración de los Jocs Florals en 1859. Por otro, se refiere al movimiento cultural y de concienciación nacionalista que alcanzó su plenitud entre 1870 y 1880.

Entre los muchos grandes poetas que dio la Renaixença, destacaremos a Bonaventura Carles Aribau, Víctor Balaguer, Pere Mata, Manuel Milà i Fontanals, Joaquim Rubió i Ors, Marià Aguiló i Fuster o Josep Lluís Pons i Gallarza. El más popular de todos ellos fue, sin duda, Joaquim Verdaguer (Mossèn Cinto), con poemas épicos y fundamentales como L’Atlàntida y Canigó, poemas patrióticos como Montserrat, Aires del Montseny, Pàtria o Barcelonines y poemas religiosos. También escribió una rica y variada prosa.

En el teatro hay que destacar a Àngel Guimerà, reconocido poeta y activista catalanista, nacido en Tenerife de madre canaria, que alcanzó la cima con obras de teatro como  Mar i Cel, Terra Baixa, La filla del mar o Maria Rosa, entre muchas otras. Otros autores remarcables son Víctor Balaguer con dramas históricos como Don Joan de Serrallonga o Frederic Soler, alias Serafí Pitarra. 


Novela. A finales del XIX se cultivan diversos estilos de novela. Es especialmente importante la novela realista y costumbrista catalana con autores como Marià Vayreda (La punyalada), Dolors Monserdà y Josep Pin i Soler.

Apel·les Mestres, artista polifacético, escribió novelas naturalistas y modernistas. También Narcís Oller cultivó diversos estilos como el naturalismo, el realismo y el modernismo. Su obra más conocida y que le dio fama en toda Europa fue La papallona (1882) que llegó a ser traducida incluso al ruso. El prólogo de la edición francesa fue escrito por Émile Zola. Otra de sus obras más conocidas es La febre d’or


Modernismo. El Modernismo es un amplio movimiento cultural que abarcó disciplinas como la arquitectura (Gaudí, Domènech i Montaner…), pintura, literatura, escultura, orfebrería, ebanistería, etc. y que tuvo en Catalunya una extraordinaria fuerza creativa.

El gran poeta del Modernismo es Joan Maragall, abuelo del presidente de la Generalitat Pasqual Maragall. Entre sus obras más conocidas están La vaca cega, Oda a Espanya o El comte Arnau.

La prosa modernista tiene sus máximos exponentes en Víctor Català (pseudónimo de Caterina Albert, autora de Solitud), Prudenci Bertrana (Josafat), Joaquim Ruyra (Marines i Boscatges), Raimon Casellas (Els sots feréstecs) y Josep Pous i Pagès (La vida i la morts d’en Jordi Fraginals). 

El teatro modernista está marcado por la figura de Santiago Rusiñol que, entre otras cosas, fue también un grandísimo pintor. Recordaremos, entre muchas obras, la popular L’auca del senyor Esteve. 

Por último, dentro del modernismo catalán, hay que señalar dos importantísimos y polifacéticos autores mallorquines: Miquel Costa i Llobera i Joan Alcover.


Noucentisme. El Noucentisme es un movimiento cultural catalán que va del 1906 al 1923, año de la proclamación de la dictadura militar de Miguel Primo de Rivera. Figuras de la talla de Jaume Bofill (con el pseudónimo de Guerau de Liost), Eugeni d’Ors o Josep Carner fueron los pesos pesados de este movimiento a nivel literario.


Josep Carner, llamado “el príncipe de los poetas catalanes”, es uno de los escritores más importantes del siglo XX, no sólo en la literatura catalana sino en la mundial. Se inició en el Modernismo, se consagró en el Noucentisme, en 1925 se introdujo en el Simbolismo y, finalmente, profundizó en la poesía metafísica. En palabras de Gabriel Ferrater, su poema supremo es Nabí, pero su obra es inmensa y abarca tanto poesía como narrativa y teatro.


Vanguardismo. Dos poetas vanguardistas destacan por encima de los demás:  Joan Salvat-Papasseit y J.V. Foix. Foix fue un activo nacionalista y uno de los más grandes poetas del siglo XX. Él mismo se autodefinía como “investigador en poesía”. Formado en el Noucentisme, intenta forjar el concepto ideal de una Catalunya culta y civilizada. Es un enamorado de la lengua catalana y posee un léxico bastísimo. Se dedica a recuperar arcaísmos y, al mismo tiempo, no duda en adoptar neologismos relacionados con los avances técnicos.



Carles Riba ha sido uno de los intelectuales más completos que ha surgido en nuestra cultura contemporánea: humanista, poeta, crítico, traductor. Su obra representa la culminación del proceso de revitalización y universalización de la cultura catalana iniciado por los modernistas.


Salvador Espriu ha sido otro de los grandes poetas del siglo XX cuya obra ha de ser considerada, según el propio autor, como una vasta reflexión sobre la muerte.


Mercè Rodoreda. Su obra novelística es de una altísima calidad literaria y ha tenido una gran aceptación internacional, habiendo sido traducida a 13 lenguas lenguas. Probablemente, de haber sido un hombre y haber escrito en inglés o francés, habría ganado el premio Nobel. Obras como Mirall Trencat o La plaça del Diamant son clásicos valorados en todo el mundo.


Josep Pla. El otro gran prosista de la segunda mitad del siglo XX es Josep Pla. Destaquemos, entre sus obras, El quadern gris, Homenots, Viatge a la Catalunya vella o La vida amarga.


Otros autores muy importantes del siglo XX fueron Josep Maria de Segarra, Pere Quart, Gabriel Ferrater, Marià Manent, Bartomeu Rosselló-Pòrcel, Joan Vinyoli, Josep Palau i Fabre, Joan Brossa, Llorenç Villalonga, Joan Perucho, Pere Calders, Manuel de Pedrolo, Miquel Martí i Pol, Baltasar Porcel, Jesús Moncada o Maria Mercè Marçal.

Entre los contemporáneos vivos podemos destacar a  Joan Margarit, Màrius Sampere, Carme Riera, Jaume Cabré o Quim Monzó, entre muchísimos otros.